Metáforas. El iceberg y la guerra

A Pedro Sánchez le gusta comparar el covid-19 y el coronavirus con un iceberg. No es una gran metáfora –aunque fue bien glosada por Pablo Casado-, pero le sirve para refugiarse detrás de lo mucho que no sabemos del virus que vino de China para justificar su inacción durante un tiempo precioso, inacción que continúa hoy con los tests serológicos. Lo constata en un excelente trabajo publicado por FAES el profesor Guillermo Graíño. Distingue Graíño entre el conocimiento científico, siempre lento, cuando no exasperantemente parsimonioso, y la acción política, que requiere tomar decisiones en condiciones de desconocimiento parcial y de conflicto de intereses, casi todos ellos legítimos. De hecho, en eso consiste la prudencia política, en “la habilidad para decidir contemplando escenarios posibles, esbozando probabilidades y calibrando consecuencias”.

La prudencia no exime de la toma de decisión. Es intrínseca a la acción política. No hay prudencia alguna en haber permanecido impasible ante una amenaza como el covid-19, mucho menos cuando la impasibilidad se debió a la conveniencia o a la propaganda ideológica, como ocurrió aquí con el 8M. Eso es tan imprudente como actuar sin previsión y sin plan… que es lo que viene ocurriendo desde entonces. Pasamos sin transición de la “prudencia” a la temeridad, la temeridad de tomar decisiones en función de la propaganda y anunciar medidas, como la de la “desescalada” de los niños, sin saber de qué se estaba hablando (por ejemplo, la edad de los niños), ni haber calibrado las consecuencias de la decisión.

Enfrentarse a unos políticos de esta índole, de los que no distinguen entre la prudencia y la inacción, ni entre la información y la propaganda, ni entre el relato y la realidad, no es tarea fácil. Se puede justificar una actitud más institucional, como la de Casado, para el que la acción de gobernar requiere demostrar la voluntad de diálogo y de acuerdo, o bien se puede respaldar otra más impaciente, como la de Abascal. Lo que cualquiera de las dos requiere es saber muy bien lo que se tiene delante. El PSOE, que es quien lleva las riendas del gobierno, no es un iceberg y todos sabemos ya lo que quiere. Cuando Sánchez recurre a otra metáfora, esta vez bélica, para hablar de la actitud de su gobierno ante la pandemia, todos sabemos de qué está hablando: de la Guerra Civil, que es la que quiere ganar.

La Razón, 23-04-20