Los amigos

El vodevil protagonizado por Pablo Iglesias para el nombramiento de los nuevos cargos al mando de RTVE, el decreto del Gobierno, la votación y el resultado dejan bien claro que no estamos sólo ante las contrapartidas que Pedro Sanchez se comprometió a dar a sus amigos en la moción de censura que le llevó a la Presidencia. También estamos ante el proyecto de fundar una futura mayoría de gobierno, para cuando lleguen las elecciones. Por eso Sánchez va a intentar durar todo lo posible, y probablemente lo conseguirá.

Uno de los principales elementos a su favor es el cambio que se ha producido con su llegada a la Moncloa, después de la ofensiva que venía sufriendo el gobierno de Rajoy desde hace meses por parte de casi todo el espectro político y mediático. Lo del aumento del optimismo de los españoles diagnosticado por el último b barómetro del CIS resulta un poco sospechoso, pero debe de reflejar esa sensación de alivio que –es de suponer- también buscaban los protagonistas del asedio a Rajoy.

Eso facilita las cosas a Sánchez para seguir con el proyecto emprendido desde el primer momento de su Presidencia: consolidar la primacía del PSOE en la izquierda y tener contentos a sus amigos para el futuro. Por contraste, además, la actual etapa parece una balsa de aceite, y tal vez Sánchez consiga de los separatistas catalanes que no le hagan un nuevo 1-O, y que la Diada, en septiembre, se desarrolle con tranquilidad.

El coste, sin duda, va a ser importante y lo hemos empezado a comprender con el anuncio de los traslados de los presos etarras al País Vasco, el de los separatistas presos a Cataluña y el nombramiento de un Consejo de RTVE inédito, del que ha quedado excluido medio Parlamento. Aun así, seguiremos, probablemente, en el terreno de lo simbólico. El gobierno es demasiado débil y la situación económica y presupuestaria que dejó el gobierno anterior, excelente. Sánchez tiene dos años para escenificar una política dirigida contra el PP y contra Ciudadanos, que es el pegamento que une a todos sus amigos. Previsiblemente, Lo va a hacer a fondo.

La Razón, 06-07-18