Dos rescates

Todavía hay quien dice que España fue rescatada por la Unión Europea en 2012. No lo fue, y tampoco lo fue la banca, que recibió –por lo fundamental las cajas de ahorro, gestionadas por políticos- una ayuda para su recapitalización. De haberse producido un rescate a España, el dinero recibido habría llegado a cambio de la intervención de las cuentas del Estado y la llegada, por utilizar la expresión popular, de los “hombres de negro”. No ocurrió nada de eso, aunque hubo mucha gente que apostaba por el rescate. Unos de buena fe. Muchos otros –el progresismo español es como es- porque el descrédito del Gobierno del Partido Popular bien valía la quiebra del Estado, un recorte de un 20 o un 25 por ciento en prestaciones sociales y un argumento irrebatible para independentistas y nacionalistas.

Rajoy evitó el rescate, al que parecíamos abocados en el verano de 2012 cuando la prima de riesgo se disparó y la economía española carecía de liquidez. Lo hizo mediante una estrategia sofisticada. Uno de sus principales elementos lo conformaron la consolidación presupuestaria –es decir la lucha contra el déficit- y las reformas estructurales, como la del mercado laboral. Otro, menos divulgado, fue la apuesta europeísta del Gobierno, que desde el primer momento insertó las políticas nacionales, como las ya citadas, en la política general europea. Así consiguió que el problema de España fuera considerado –lejos del célebre y un poco siniestro slogan de Ortega- un problema europeo, y la solución no fuera una imposición, sino una mayor integración. Con el beneficio añadido de que nuestro país recuperó en parte su crédito y su influencia después del retroceso ocurrido bajo los mandatos de Rodríguez Zapatero, quien sí que tuvo que plegarse a la exigencia franco-alemana formulada en el Consejo Europeo del 7 de mayo de 2011, traducida de inmediato en medidas de recortes. Entre ellas la congelación de las pensiones.

El Gobierno de Sánchez tendría mucho que aprender de lo ocurrido entonces. Lo despreciará, como desprecia todo lo que no venga de sus amigos progresistas. Es muy probable que escuchemos más de un “Aló Presidente” dedicado a negar el rescate cuando los hombres de negro ya estén aquí, mientras el mismo Sánchez y su aparato propagandístico siguen acusando retrospectivamente a Rajoy de un rescate que nunca ocurrió… ¿Pero es que hubo una crisis con Rodríguez Zapatero?

La Razón, 12-05-20