Giancarlo Ibárgüen

Conocí a Giancarlo Ibargüen con ocasión de un seminario sobre el Quijote que se celebró en Antigua, Guatemala, con el patrocinio de Liberty Fund. Cualquier escenario es bueno para hablar del Quijote porque Cervantes lo ilumina todo con su liberalidad, pero Antigua resultó aún mejor de lo imaginado, tan lejos de España y al tiempo tan española, con los gigantescos volcanes como guardando, no muy lejos y algo más que un poco amenazantes, la elegancia de una ciudad ideal vuelta a la vida después de muchos siglos de ocurrida una catástrofe inimaginable.

 

Y luego, en medio de aquel escenario de maravillas, estaba Giancarlo. Giancarlo me dejó deslumbrado. Un hombre guapo, joven, con la mirada rebosante de inteligencia y ganas de vivir, con un sentido infalible de la cortesía. Comprendí pronto que había conocido a una de las personas más buenas que iba a conocer nunca. Giancarlo era lo que nos imaginamos cuando hablamos de alguien que vive por el bien de los demás. En aquellos días en Antigua, yo me empeñé en exaltar el idealismo y la generosidad de Cervantes y su héroe. Giancarlo, divertido y siempre sonriente, no dejó de animarme.

También era un hombre obstinado, y me lo figuro terco, a veces correoso. Le hacía falta esa forma de egoísmo para liderar la Universidad Francisco Marroquín y luego para soportar con la humildad y la fuerza de voluntad con que lo hizo su larga enfermedad, de la que falleció hace unos días.

Nacimos casi el mismo día, y aunque yo era mayor que él, siempre supe que era un hombre más pendiente de los demás que yo, más maduro en consecuencia, y mejor, mejor como lo son las personas que encarnan con naturalidad, como si cumplieran una vocación evidente, un ideal de vida de servicio.

Nos deja como legado su obra al frente de la Universidad, su contribución a la libertad y a la igualdad en Guatemala, su país, que tanto quería. Y nos deja su amistad, que guardaremos como un tesoro, ejemplo de tolerancia, de respeto y de alegría. Descansa en paz, mi muy querido Giancarlo.

 

Ver Luis Figueroa: En recuerdo de Giancarlo Ibárgüen; Javier Fernández-Lasquetty, Un liberal en acción. En memoria de Giancarlo Ibárgüen