Memoria histórica à la française
Estos días he terminado de ver una serie francesa titulada Un pueblo francés”(Un village français). Relata la vida de una pequeña ciudad del Este de Francia durante la Segunda Guerra Mundial, desde la ocupación alemana hasta la liberación.
Tradicionalmente, las películas, las series o las novelas que tratan este episodio trágico oponían franceses a alemanes. Aquí no faltan los alemanes, como es natural, porque son ellos, los militares y los SS, los que ponen en marcha el proceso que vamos a presenciar. Lo fundamental, sin embargo, va centrado en el comportamiento de los franceses: los diversos grados de colaboración con el invasor, la relación con los judíos, la presencia de la Resistencia y, dentro de esta, los diversos grupos, en particular gaullistas y comunistas.
Lo fascinante es que, siguiendo lo que hizo Marcel Ophuls en su gran documental “Le chagrin et la pitié”, el retrato de lo ocurrido entre franceses no esquiva, al revés, las preguntas básicas, aquellas que muchas veces se han soslayado. Se trata de un buen ejercicio de memoria histórica, de esos que en vez de intentar imponer un relato esquemático y maniqueo, se esfuerzan por exponer e integrar las diversas posiciones. La Marsellesa final, entonada por un coro de niños, esconderá muchas aberraciones: cobardías, denuncias, rencores, desquites, ambiciones, torturas, antisemitismo, estalinismo… El material humano sobre el que se construye la Historia.
Algún día, y siempre en pro de la memoria histórica, alguien podría intentar una serie parecida en nuestro país. Hay medios, grandes profesionales y excelentes artistas. Lo que falta, quizás, es la libertad suficiente para aproximarse a la historia de aquellos años. No como un enfrentamiento entre angelicales defensores de la democracia y monstruos genocidas a lo Franco, sino como una ruptura salvaje de la convivencia protagonizada por los dos bandos, y provocada por los sublevados y por unos republicanos empeñados en levantar una República a su medida, sólo para ellos. En el fondo, aquel momento de la historia de Francia no es tan distinto de lo que ocurrió aquí.
La Razón, 28-08-18