Libros libérremos
Amando de Miguel, el jueves, 15 de diciembre de 2011 a la(s) 11:35
Asocio las Navidades con los libros. No en vano en todos los cuadros sobre la Anunciación, la Virgen se encuentra leyendo un libro cuando se ve sorprendida por la aparición del ángel. Por cierto, el día 21, a las 20 horas, en el CEU (Jualián Romea 23, metro Ciudad Universitaria) Virgilio Oñate y yo presentamos sendos libros. El mío es Judíos en la ciudad de los ángeles y el de Virgilo es Cuentos para dormir. Ambos librillos son muy navideños, aunque solo sea por la fantasía. Nos los presenta un amigo común, Carlos Rodríguez Braun, quien acaba de sacar otro libro, “El liberalismo no es pecado”, en colaboración con José Ramón Rallo. Antesdeayer presentamos, entre otros, el avance del libro colectivo “Valores y conflictos”, que edita el CESEDEN. Os tendré informados. Ayer estuve en la presentación del libro de Jesús Laínz, “Desde Santurce a Bilbao”. Yo le he hecho un prologuillo. Laínz es un intelectutal que promete, joven como es. En su día os hablé aquí de ese libro, tan documentado e imaginativo como sarcástico.
Acabo de terminar la fecunda lectura del libro de José María Marco, “Una historia patriótica de España” (Planeta). Es un ensayo muy documentado y muy personal sobre la Historia entera de España. No está escrita para los académicos, sino para el público curioso. Una de sus tesis es que la conciencia de la españolidad (aunque no la llame así) es anterior a la constitución de España como una nación moderna. Resulta asombroso que al autor le quepa en la cabeza toda la Historia de España. Bien es verdad que lo que verdaderamente domina (y a mí más me interesa) es la España contemporánea. Hay una lección práctica de suma utilidad, si aceptamos que la Historia es “maestra de la vida”. Se trata de la paradoja de una región como Castilla, una de las más prósperas del mundo hace 500 años, que acabó siendo esquilmada por los impuestos. Me gusta mucho la reivindicación del patriotismo por restaurar la nación española en el siglo XIX. Puesto a criticar algo, no entiendo por qué en el título aparece el anglicismo de “una” Historia. En nuestra tradición cultural las dedicaciones científicas o artísticas van con mayúscula por asimilarse a una musa o diosa. Por eso son femeninas y no les va el artículo, que sí lo prescribe el inglés. Pero esa observación es peccata minuta. De mayor enjundia sería mi crítica de que el libro de Marco es más bien la Historia de los que han mandado en España. Es una parte de la Historia, sin duda la más documentada. Pero ahora habría que añadir la Historia de los españoles corrientes, un relato menos onomástico. Espero que ese segundo volumen sea la continuación del que ha escrito Marco. Lo esperamos. De momento, hay que leer este primer volumen, imprescindible para ser una persona culta. Vale.
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