De Historia patriótica de España, Planeta, 2011.
En 1702 los ingleses destruyeron la flota española en la ría de Vigo, cuando volvía de América cargada de plata y de riqueza, y protegida –de poco sirvió- por barcos de guerra franceses. La Corona española se propuso rectificar esta situación, de la que dependían sus ingresos, el estatus de potencia internacional de España y su comercio atlántico. El esfuerzo que había que realizar era gigantesco porque lo que en su tiempo, en el siglo XVI, fue una flota de vanguardia ahora no podía resistir la comparación con la marina inglesa. Los galeones españoles se habían quedado anticuados.