La memoria putrefacta, o las dos virginidades en el jardín psiquiátrico
En una página célebre de su Idearium español Ganivet confundió el dogma de la Inmaculada Concepción con el de la Virginidad de María. La confusión, causada por las prisas sentimentales de su autor, no dejaba de ser significativa. Desplazaba una obsesión española, la de la creencia en el ser humano natural, hacia otra menos generalizada, dado el humor escéptico y realista de nuestra cultura, como es la posibilidad de reconstruir en el mundo esa criatura angélica, o al menos previa a la instauración pecaminosa de la civilización.
Con el tiempo, la confusión de Ganivet le ha hecho acreedor al título, quizás no del todo inesperado por él en su momento, de santo patrón de los políticos españoles: de los que advinieron con la Transición, se entiende, porque los de antes, incluidos los que rigieron los destinos de su país con la dictadura, no padecían esa suerte de complejos. Y es que muy pronto resultó evidente que una de las características del nuevo régimen surgido de la Transición iba a ser la incapacidad de la clase política para gestionar de modo adulto, con un mínimo de madurez, el pasado. La actitud dio pie a una paradoja extraordinaria, como es la de una izquierda obsesionada con el pasado -que ha acabado denominando memoria- y la de una derecha, o una no izquierda, obsesionada a su vez con olvidarlo, habiéndolo enterrado em el abismo más profundo de la más remota de las eras pre históricas: pasa pantalla, como antes se decía pasar página.
La coincidencia en la búsqueda de la virginidad no debe empujarnos a llevar más allá la similitud. Ni los objetivos ni las estrategias puestas en juego, ni tampoco los problemas a los que responde esta obsesión, son los mismos en un caso y otro. Aunque, claro está, en ambos casos encontramos una misma identificación con el pasado. Cada una a su modo, la izquierda y la no izquierda se consideran herederas de lo que hicieron aquellos con los que les une una relación familiar, imposible de romper por tanto, al menos en términos culturales españoles. (…)
Seguir leyendo en ¡Menos ideas y más moderación!, ed. Miguel Ángel Quintana Paz, Disenso, 2023