The real Spain. Va a ser que no
El Gobierno del PSOE, apoyado por los secesionistas catalanes, ha sacado un vídeo de propaganda para, según se dice, contrarrestar el relato de aquellos mismos que lo sostienen en el poder. Como era de esperar, el resultado linda con la pornografía. Salen herederos, paniaguados, artistas subvencionados, manipuladores que difundieron las fake news más salvajes el 11-M, fanáticos de Hillary Clinton…. una perfecta representación de una élite rica, ultraminoritaria y progresista.
Feliz de serlo. Feliz de reencontrarse a sí misma en su monólogo narcisista. No se le cae de la boca la palabra “diversidad” y lo único que hace es mirarse al espejo, infinitamente complacida con lo que contempla. Retrata con precisión el concepto de pluralismo que siempre ha tenido esta elite. “Nosotros”, la casta de toda la vida, encarnamos la modernidad. El resto -las víctimas del terrorismo, los mileuristas, los policías, los taxistas, los inmigrantes, los militares, los que no vivimos en ese sueño cosmopaleto- somos chusma indigna de representar a su país. La casta de siempre quiere volver a representarnos.
El “relato”, sin embargo, ya no cuela. Esa misma casta que aspira a seguir gobernando apoyada por los secesionistas ha dejado de ser un modelo. Suscita, como mucho, la misma confianza que el CIS de Tezanos. Y se han ganado a pulso su descrédito, siendo como son los mismos que han llevado a nuestro país a la crisis nacional que arrastramos desde 2012. El PSOE de Sánchez proyecta sus fantasías y parece creerse que es un retrato ideal, feliz, para todos. La «España real», dicen los millonarios progresistas. Va a ser que no.