Geografía del populismo

Ángel Rivero, Javier Zarzalejos y Jorge del Palacio. Geografía del Populismo. Un viaje por el universo del populismo desde sus orígenes hasta Trump. Madrid, Tecnos – FAES, 2017, 455 págs.

Comillas Journal of International Relations, Septiembre – Diciembre 2017

 

No mucho tiempo después de que Viktor Orbán pronunciara el famoso discurso en el que preconizó un Estado (democrático) “iliberal”, haciendo suyo un concepto que Fareed Zakaria había dado a conocer en un artículo en Foreign Affairs (1997), recibió la visita de Angela Merkel, la canciller alemana. Según contó en un artículo el periodista francés Laurent Ribadeau Dumas, Merkel comentó a su colega húngaro que eso era imposible. La democracia viene del liberalismo y sólo es concebible en términos liberales.

La reivindicación de Orbán, tan militante, y la reflexión casi académica de Merkel resumen el debate actual sobre el populismo. Desde su nueva irrupción en la política mundial, desde Venezuela a Estados Unidos y Filipinas, pasando por escenarios tan improbables como Finlandia, Suiza, Gran Bretaña y Austria, ha provocado, además de un tsunami político, una auténtica inundación bibliográfica, que sólo en castellano va desde el panfleto (a favor, como En defensa del populismo de Carlos Fernández Liria, o en contra, como el de Contra el populismo de José María Lassalle) hasta el análisis más académico (Populismos, de Fernando Vallespín y Máriam Martínez- Bascuñán) o más descriptivo (El estallido del populismo, coordinado por Álvaro Vargas Llosa), entre otros muchos.

De toda esta bibliografía, en general muy interesante -aunque por diversos motivos-, destaca Geografía del populismo. Es un volumen coordinado por tres excelentes conocedores de los movimientos políticos actuales, como son los profesores Jorge del Palacio, Ángel Rivero y el diplomático y analista Javier Zarzalejos. Es una auténtica enciclopedia del populismo, con unos cuantos capítulos introductorios de carácter teórico, siete dedicados cada uno a un país latinoamericano y otros quince a Europa, incluida Rusia.

Los capítulos son breves y ofrecen un resumen solvente del fenómeno en cada uno de los países. Respetan los básicos requerimientos académicos, llegan hasta casi hoy mismo, y ofrecen una visión de la circunstancia histórica, además de basarse en una común consideración del fenómeno. Resulta por lo tanto un trabajo riguroso y fiable, además de ameno, en particular por la concisión con la que va escrito.

Como la calidad conseguida es compartida por todos los estudios, resulta difícil destacar alguno. En cuanto a los americanos, y dentro de los populismos históricos, son notables el dedicado al peronismo por el propio Ángel Rivero y el que Juan Carlos Jiménez dedica a una figura tan fascinante como el brasileño Getúlio Vargas. El dedicado al populismo venezolano por Mariana González Trejo, aunque muy bien perfilado, tal vez resulte demasiado sintético, en particular por la importancia que el chavismo ha tenido en la difusión del populismo fuera de sus fronteras.

En los europeos, resultan de gran utilidad los dedicados al populismo en los países nórdicos (entre lo identitario y la defensa de “nuestro” bienestar, como titula su autor Gustavo Pallarés), el de Roberto Inclán, que analiza la peripecia del populismo austríaco, desde las raíces pangermánicas al populismo puro pasando por la reivindicación liberal, o el de Alemania, dedicado al surgimiento de AfD (Alternativa para Alemania), que ayuda a comprender la emergencia del movimiento en un país tan estable.

Desde esta misma perspectiva, también resulta revelador el trabajo de José Ruiz Vicioso dedicado al UKIP y a Gran Bretaña, país que parecía ajeno a cualquier influencia populista (engañosamente, porque, además de la cuestión identitaria, también Gran Bretaña tiene una tradición radical y republicana, la misma que está en el origen de las colonias americanas contra la Corona). Muy esclarecedores son el que Jorge del Palacio dedica al fenómeno, tan extraordinario como pionero, del berlusconismo en Italia, o aquel en el que Ángel Rivero estudia el fenómeno en Hungría, con Viktor Orbán a la cabeza.

Sobre España se ocupan Manuel Álvarez Tardío, que recoge una perspectiva histórica un poco más amplia (más extensamente tratada por Xavier Casals en su libro El pueblo contra el Parlamento) y el propio Javier Zarzalejos, que trata con finura el tema crucial de la relación del populismo con el nacionalismo en la perspectiva española.

Del muy amplio repaso se deducen varios realidades, en particular que los populismos, aunque derrotados electoralmente en algunos países europeos (España, en primer lugar, y luego Holanda y Francia, como lo ha sido en Argentina), no está próximo a desaparecer. Y si se tiene en cuenta que la definición que los autores dan de él, entre la ideología y la retórica, va por el mismo camino, es decir, el de la “democratización de la democracia (liberal)” encontramos el problema recurrente, que no es tanto la calidad de la democracia como el de una crisis de representación que puede abrir la puerta a un mundo nuevo –una democracia “iliberal” a lo Orban-, si las instituciones no aguantan la onda de choque del caudillismo, la apelación al “verdadero” pueblo y el llamamiento a asaltar las elites desde abajo, desde los despreciados y los olvidados -los “deplorables”, según la célebre expresión de Hillary Clinton. (…)

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