Un «Pierrot Lunaire» neorromántico

El Pierrot Lunaire de Arnold Schönberg y Albert Giraud (en traducción y adaptación alemana de Otto Erich Hartleben) se encarama estos días al escenario del Teatro de la Abadía en una producción en la que colaboran esta última y el Real, además del Liceu de Barcelona. Schönberg escribió su melodrama en 1912, después de haber trabajado, unos diez años antes, en un famoso local musical y literario de Berlín que le sirvió de inspiración para escribir algunos Brettl Lieder, o canciones de cabaret. Pierrot Lunaire recuperaba aquella inspiración y combinaba, desde la atonalidad plenamente asumida, la atmósfera decadente, perversa y enfermiza propia de la estética de fin de siglo con la acidez, el sarcasmo y la sangrienta ironía del cabaret más o menos intelectualizado.

La representación madrileña, a cargo del fabuloso contratenor Xavier Sabata, cantante y director de escena, deja de lado esta segunda vertiente. Incorpora una primera parte hablada, en el que el intérprete, con los ojos vendados, recita algunos fragmentos de Ovidio relativas al mito de Narciso, para adentrarse luego, siempre vestido con una especie de túnica blanca y subido en una plataforma giratoria, en el soliloquio espasmódico de Pierrot. No resulta fácil encontrar la relación entre Narciso y Pierrot, hasta que se cae en la cuenta de que toda la representación se centra en la tragedia de una enajenación. ¿La de una humanidad que no se reconoce en su mundo? ¿La de la homosexualidad? ¿O tal vez la del registro contratenoril?

Sabemos, en cualquier caso, que Schönberg escribió su obra “para voz”, sin más indicaciones, aunque desde su estreno suelen interpretarlo actrices o cantantes femeninas. El salto a la voz de contratenor es por tanto perfectamente legítima, y de hecho aporta al melancólico personaje venido de la commedia dell’arte un matiz muy especial, teñido de alguna forma de androginia y que el fraseo y la exquisita entonación de Sabata contribuyen a intensificar, con sus perfectas modulaciones, sus aparentemente fáciles subidas al agudo y la extraordinaria homogeneidad del instrumento, que le permite pasar con naturalidad del susurro al grito. Con esta base, no es fácil justificar el recurso a la amplificación, sobre todo en una sala pequeña como la de la Abadía. (…)

MADRID. TEATRO DE LA ABADÍA. ARNOLD SCHENBERG, PIERROT LUNAIRE. Xavier Sabata, interpretación, concepto y dirección de escena. Solistas de la Orquesta Titular del Teatro Real: Pilar Constancio, Ildefonso Moreno, Sonia Klikiewicz, Natalia Margulis, Karina Azizova. Dir. musical: Jordi Francés. Producción del Teatro de la Abadía y el Teatro Real sobre la producción original del Gran Teatre del Liceu. 22 de febrero de 2024

Seguir leyendo en Ópera Actual, 26-02-24

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