Caos y diversión

El hasta ayer Secretario de prensa de la Casa Blanca, Sean Spicer, ha sido un hombre duro, combativo, con un estilo propio que, por desgracia, no le ha resultado convincente a Trump. Es muy difícil cuando el propio presidente, el jefe de Spicer, lleva personalmente su propia estrategia de comunicación y de imagen, pasa muchas horas del día-y sobre todo de la noche- viendo la televisión y cortocircuita con su recurso intensivo a las redes sociales cualquier intento de organizar una mínima disciplina, incluso aquella que le alejaría del primer plano y le ahorraría problemas. Claro que es eso lo que le gusta a Trump.

En vez de ser previsible y sofisticado, Trump opta por la imprevisibilidad y lo que parece ser un proceso de toma de decisiones basado en criterios personales, asistemáticos y arbitrarios: groseros, lo llaman sus muchos adversarios. En lugar de Spicer, un profesional al fin y al cabo, ha elegido a un financiero, un gran vendedor con experiencia y dotes de comunicador indudables que, eso sí, es de su propia escuela y goza de su amistad y por tanto –es de suponer- su confianza. Anthony Scaramucci, el nuevo director de comunicación de la Casa Blanca, ha sido en los últimos tiempos uno de los más firmes defensores de un Trump con serios problemas para sacar adelante su programa y asediado por el escándalo (artificial, opina Trump) de la conexión rusa.

Desde fuera, por tanto, continúa y se incrementa el caos. Desde dentro, quizás haya otra percepción: así es como Trump concibe su propia Presidencia, muy lejos de las reglas hasta aquí vigentes, que evidentemente no le gustan. Y en cuanto a los votantes del Presidente, quizás sea esto, justamente, lo que andaban buscando: un hombre imprevisible, con una acción fuera de órbita pero que entienden mejor y con el que se identifican… y tal vez para mejor reírse de un establishment cada día más rabioso de verse tratado sin la menor consideración.

La Razón, 23-07-17

Foto: Anthony Scaramucci en la sala de prensa de la Casa Blanca con Sarah Huckabee, de espaldas.