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Arquitectura (9). Villanueva y Hermosilla. Por Sergio Perdiguer

Posted on 1 mayo, 201610 junio, 2016

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… Estas dos imágenes representan las plantas de dos hitos de la arquitectura neoclásica española. Ambos sitos en Madrid, se trata del Gabinete de Ciencias Naturales (hoy Museo del Prado) y del Hospital General de Madrid (hoy Museo Reina Sofía). Son edificios cercanos tanto estilística, como geográfica y cronológicamente.

 

Tal vez la proximidad más evidente se deba a que ambos se construyeron en la misma calle, el Paseo del Prado, ambos por iniciativa real, en el intento constante de los Reyes ilustrados durante todo el siglo XVIII por modernizar España.

Son dos ejemplos supervivientes del clima de racionalidad y cultura que dio nombre al Siglo de las Luces.

La planta de arriba corresponde al proyecto original de Juan de Villanueva, que dio esta respuesta al encargo de crear un edificio con una doble función: Gabinete Real y Academia de Ciencias. En vez de arrinconar cada parte del programa en un extremo de su alargado edificio (que corre paralelo al Paseo), opta por sobreponer una sobre la otra generando un edificio dual con plantas bastante estancas, por lo que no planea ninguna escalinata monumental que las una.

La planta de abajo corresponde al proyecto de hospital presentado al rey Fernando VI como solución a los problemas sanitarios de la capital. Tras ser rechazado el proyecto de Ventura Rodríguez por su escaso funcionalismo, el elegido fue José de Hermosilla y las obras empezaron hacia 1758. La idea: un gran patio que acogiera la enfermería y un conjunto de edificios ordenados en torno a patios, que funcionara como hospital de hombres y de mujeres al mismo tiempo y cuyo centro estuviera ocupado por una iglesia.

9.1---Museo-del-Prado

Geométricamente, ambos son un claro ejercicio de racionalidad y rigor en las proporciones. Traducido al lenguaje estético, los resultados son equilibrados y armoniosos. Los recursos que emplean los maestros neoclásicos son los propios del estilo, sobre los que destaca una estricta simetría.

Villanueva inserta en el centro una basílica cuyo ábside es casi la única geometría que se aleja del cubo. A partir de ahí arrancan dos piezas alargadas (hacia el norte y hacia el sur) colmatadas en los extremos por dos cuadrados perfectos, importados de la arquitectura palaciega italiana.
En sendos cubos se practican huecos (círculo con cúpula sobre ocho columnas/ patio cuadrado) que no impiden el efecto brutal de terminación y estatismo que proporcionan dichos cuerpos a la planta general.

En el caso del Hospital, la apariencia externa es, si cabe, más monolítica. Si bien la distribución de las alas en el interior del perímetro tiende a la linealidad, desde fuera lo que se apreciaría serían unos muros bastante desarticulados e incluso monótonos que configuraran un bloque macizo.

Para quienes lo vemos en planta, el esquema es de una sencillez y funcionalidad a la vanguardia de la época.

Los edificios tienen en común la impronta herreriana que dejaron sus autores. Cabe recordar que Villanueva conocía sobradamente el legado de Juan de Herrera por sus trabajos en El Escorial.

Y es más que evidente la influencia de la disposición en parrilla del monasterio renacentista en el nuevo hospital de Hermosilla. Ambos proyectos tienen acabados muy austeros (en especial el Hospital debido a su carácter funcional) y rompen por completo con las prácticas barroquizantes.

En cualquier caso, el resultado que hoy se contempla de ambos proyectos dista muchos de las dos plantas originales que se proponen.

En el primitivo Gabinete de Ciencias Naturales y Academia de Ciencias, continuas remodelaciones y ampliaciones engrosaron las estrechas alas centrales hacia el este. Esto se debió al imprevisto uso de Pinacoteca Real que le dio Fernando VII y que hizo conveniente aumentar su superficie. Pero esto apretujó hasta asfixiar el vuelo del ábside y la particularidad geométrica que representaba. También se liquidó la bifuncionalidad que poseía el edificio al desmontar el terreno que permitía un acceso directo a la segunda planta desde la fachada norte. Desde que ambos accesos están en planta baja, perdieron el sentido tanto la ausencia de una comunicación potente entre las plantas como el uso del peristilo en planta alta.

En cuanto al Hospital General, las escaseces en el presupuesto y los continuos cambios de arquitecto (tras Hermosilla vinieron Sabatini e incluso Villanueva) dieron al traste con lo quedaba por construir cuando sólo se habían hecho realidad dos quintos del proyecto original: el Patio Grande, hoy sede del Museo Reina Sofía, y el ala norte del conjunto inacabado, que hoy alberga el Conservatorio Superior de Música de Madrid.

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